Los callos son un problema podológico muy común. Son la acumulación de células muertas en un área concreta del pie que se va endureciendo con el paso del tiempo.
Es una forma que tiene nuestro cuerpo de protegerse frente a la presión que hace sobre él un determinado tipo de calzado. Las zonas más comunes en las que aparecen los callos suelen ser el talón o la almohadilla del pie. Esto nos indica que el calzado que estamos utilizando no es adecuado y que sus características no se ajustan a las necesidades de nuestros pies. El dedo meñique es el dedo al que más afectan los callos.
Consejos para evitar los callos
Algunos de los consejos para evitarlos, son:
• Utiliza un zapato adecuado a la forma de tus pies. El principal origen de los callos es el roce del zapato. Intenta cambiar de calzado durante la semana y te pongas siempre los mismos.
• Utiliza productos de ortopedia, recomendados por especialistas. Hay productos diseñados especialmente para personas que son propensas a tener callos.
• Hidrátalos. La sequedad en la piel de los pies siempre facilitará la formación de callos. Por eso se recomienda mantener la zona hidratada y suave.
Los callos se pueden eliminar de varias formas, se puede utilizar una piedra pómez o una lima, pero si la acumulación de células muertas es muy grande puede estar provocando dolor al paciente.
Por otro lado, el podólogo sabe mejor que nadie como acabar con los callos. Desde nuestra Clínica de Podología Giménez Agrela te recomendamos que para evitar los callos y otros problemas más graves, acudas a la consulta del podólogo ante los primeros síntomas.
Si acudes al especialista en el momento en el que se presentan los primeros síntomas este te ayudará y evitará en la medida de lo posible que los callos vuelvan a aparecer de nuevo.