¿Sabías que la mayoría de problemas podológicos son adquiridos? Es decir… nosotros mismos nos los provocamos. ¿Cómo? Principalmente, con malos hábitos. Juanetes, ampollas, sesamoiditis… toda una serie de enfermedades que surgen de un hábito incorrecto. En este caso, como en cualquier otro campo médico, prevenir siempre es mejor que curar.
El primer consejo para mantener unos pies sanos es usar un calzado adecuado. Esto implica, por supuesto, desterrar cualquier tipo de tacón (sobre todo los que superan los 4 centímetros). Pero no nos olvidemos de que otro tipo de zapatos (los ejecutivos, por ejemplo) puede ser igualmente perjudicial. La máxima es, elegir uno que sujete bien el pie sin aprisionarlo, con la suela lo más baja posible.
Otro consejo importante: cuidar la higiene. No hablamos solo por evitar problemas de mal olor. Nos referimos a prevenir enfermedades (hongos, por ejemplo). Si vamos a caminar por sitios públicos y húmedos, como una piscina, debemos extremar las precauciones.
Y para terminar nos fijaremos en las uñas, parte importante del pie. Un problema muy extendido es el corte inadecuado, responsable de patologías como la uña enterrada. Debemos aprender a cortarnos bien las uñas y anticiparnos a posibles enfermedades.
En CLÍNICA GIMÉNEZ ÁGRELA llevamos desde 1935 cuidando de la salud de sus pies. Póngase en contacto con nosotros a través del 91 367 00 71 o haciendo clic en el siguiente enlace.
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