Hoy en Clínica Giménez hablaremos de una de las deformidades más comunes del pie, lo que llamamos dedos en garra.

Esta alteración se da en los dedos más pequeños del pie, ya que con el uso de un mal calzado provoca la flexión excesiva de las articulaciones. Esta patología es más común en las mujeres por el uso del calzado puntiagudo o los tacones.

Causas

Las causas más frecuentes de esta anomalía es por el desequilibrio de los músculos y de los tendones provocada por la frecuente flexión que hablábamos anteriormente. Esto a su vez incita a diferentes modificaciones mecánicas y estructurales del pie que da como resultado los juanetes, ojos de gallo, callos o dolores en la rodilla entre otras.

Esta patología tiende a desarrollarse por ejemplo, cuando usamos algunos zapatos que aplastan los dedos de los pies y dicho calzado no se adapta a la forma del pie. Además, las personas con dedos demasiado largos tienden a sufrir esta deformación, como también aquellas en las que en algún momento de su vida ha tenido una fractura en el pie. Por último, y no por ello menos común, los dedos en garra también suelen tener su factor hereditario.

Síntomas

Los síntomas más comunes es la irritación de los dedos y la aparición de callos y durezas. Estos pueden llegar a ser muy dolorosos y sobre todo, afecta a la vida diaria de la persona ya que les es más difícil encontrar un calzado por la alteración de las articulaciones.

Tratamiento

En Clínica Giménez diagnosticamos los dedos en garra a través de los dolores que sufre el paciente para así realizar un examen médico y comprobar el estado en el que se encuentran los dedos del pie.

Los dedos en garra, en un primer momento, son alteraciones ligeras que se pueden corregir con sencillos tratamientos usando plantillas o férulas entre otras. Si no se trata en el momento de su aparición, se puede agravar y tendremos que recurrir a tratamientos quirúrgicos que con los avances de hoy en día, se trataría de una operación muy sencilla.