¿A qué nos referimos con el espolón de Haglund?

Hay diferentes opiniones entre expertos para referirse al espolón de Haglund, pero podemos concluir que es una prominencia ósea que sale en la parte posterior del talón a la altura del Aquiles, que no es más que una calcificación en la inserción del mismo.

Esta lesión es muy común entre deportistas como, futbolistas, esquiadores, patinadores y demás, por la posición del pie en el momento del ejercicio físico y su calzado específico para la práctica deportiva.

Esta enfermedad produce un dolor muy importante en la zona del talón durante la actividad deportiva o incluso también al caminar, pero que con un tratamiento adecuado y específico mejorar considerablemente el dolor del talón.

¿Cuáles son sus causas?

Existen varias causas, pero las más frecuente es la tendinopatía insercional o tendinitis de Aquiles. Se produce por una degeneración e inflamación de la parte distal del tendón, que se inserta en el calcáneo y genera dolor al caminar y al realizar otras prácticas deportivas, como hemos comentado anteriormente.

Por tanto, se produce inflamación y lesión sobre la bursa retroaquilea y a nivel tendón de Aquiles y a la vez edema o inflamación de la parte ósea.

Otro de los motivos que nos llevan a sufrir el espolón de Haglund es la utilización de un calzado no adecuado. Por ejemplo, las botas de seguridad utilizadas en trabajos de alto riesgo debido a su rigidez.

¿Cuáles son sus síntomas?

Por supuesto, el dolor en la zona posterior del talón, donde se inserta el tendón de Aquiles en el calcáneo. Este dolor incrementa al realizar actividades normales, como el caminar, subir escaleras y demás, que empeoran y se vuelve más intenso con las actividades deportivas, llegando a imposibilitar en ocasiones, la realización de cualquier actividad.

El dolor suele ser más intenso por las mañanas que por la tarde. Es un dolor progresivo que va cediendo al calentarse el talón. Por ello existen varios grados en la enfermedad de Haglund, que habitualmente son dos, los leves y los moderados.

En cuanto al diagnóstico, se realiza mediante una exploración del tobillo ya que es evidente un dolor muy selectivo en la zona. También puede aparecer el dolor en la parte medial o lateral del talón. Se puede observar, a veces, algún edema o hinchazón.

Existen tres fases en el tratamiento del espolón de Haglund. Por un lado, mediante el tratamiento conservador, una segunda fase mediante ondas de choque y por último, el tratamiento quirúrgico.

En el tratamiento conservador, se recomienda el uso de plantillas para descargar la tensión a nivel del tendón de Aquiles. También se recomienda utilizar alzas para no generar desequilibrio. La aplicación de hielo y cremas antiinflamatorias ayudar a aliviar el dolor. Se puede optar por la fisioterapia o rehabilitación para mejorar el dolor progresivamente.

La segunda fase del tratamiento, consiste en el uso de infiltraciones locales en la zona mediante ondas de choque. Los expertos recomiendan esta terapia, ya que con dos o tres sesiones los pacientes notan claramente una mejoría del dolor.

En los casos más resistentes, pasamos a la tercera fase con el tratamiento quirúrgico donde existen varias técnicas. Consiste en la desinserción subtotal del tendón de Aquiles, la exéresis de la deformidad de Haglund junto con la limpieza de la zona degenerada del tendón de Aquiles y la sutura directa con anclajes del tendón de Aquiles. En casos más leves de enfermedad de Haglund que no presenten una tendinopatía insercional se puede realizar únicamente una exéresis ósea.

¿Cómo se puede evitar?

El espolón de Haglund en la mayoría de los casos está provocada por una mala pisada constante, por lo que se recomienda hacer un estudio de la pisada y evitar así el mal apoyo que se puede rectificar con unas plantillas.