Las personas sudamos porque es la forma que tiene nuestro cuerpo de regular nuestra temperatura. En las zonas donde se acumulan una mayor cantidad de glándulas sudoríparas son axilas, manos, región púbica y pies. Nos centraremos en la parte que nos ocupa a nosotros como clínica podológica, los pies y vamos a explicar qué podemos hacer ante la hiperhidrosis o la sudoración excesiva en los pies. 

En algunos casos, su funcionamiento puede verse alterado y generar una sudoración mayor a la normal. Las causas pueden ser de diversa índole; desde trastornos hormonales, hasta un origen hereditario, pasando por situaciones de ansiedad o estrés, pueden incrementar los efectos de la hiperhidrosis.

En lo que se refiere a los pies, cuando la hiperhidrosis se asocia a una descomposición bacteriana da lugar a una patología conocida como bromhidrosis, caracterizada porque al exceso de sudor se le une el mal olor. Cabe destacar que estas circunstancias no se deben a una falta de higiene.

En casos leves o moderados de exceso de sudoración en los pies podemos optar por el uso de diversos productos como polvos de talco, cremas reguladoras del sudor u otras fórmulas y tratamientos que en nuestra clínica podemos tratar e indicar para reducir la sudoración excesiva en los pies. 

Además, existen una serie de medidas con las que podemos ayudar a controlar el exceso de sudor y de este modo también se controla el mal olor, si fuera el caso.

  • El calzado debe ser de material transpirable, evitando las suelas de goma y el uso de zapatillas deportivas cuando no se vaya a practicar ejercicio.
  • Es mejor escoger calcetines de algodón y no de fibras sintéticas.
  • Es recomendable cambiarse de zapatos al menos diariamente e incluso dos veces al día si fuera necesario.
  • Debemos airear y secar completamente los zapatos entre cada uso.
  • Los baños de pies son una buena alternativa para controlar el mal olor.