Con la llegada del frío y del invierno comienza también la temporada de esquí. Para poder disfrutar de este momento, tenemos que cuidar y proteger los pies.

Lo primero que debemos tener en cuenta es el uso de calcetines adecuados para la práctica de este deporte.

Los calcetines deben proteger lo suficiente y tener pocas costuras, los que presentan arrugas se pueden traducir en ampollas pasadas unas horas.

Es aconsejable mantener el pie hidratado, ya que en una piel hidratada es más difícil que se produzcan rozaduras y lesiones, ya que tiene una mayor elasticidad y resistencia a las agresiones.

La mejor forma de hidratar el pie es con una crema hidratante específica y hacerlo por la noche.

Calzado para proteger los pies

El factor más importante durante la práctica del esquí va a ser la bota, el calzado que usemos, por lo que la elección de la misma debe ser la correcta.

Para evitar lesiones debemos tener en cuenta ciertas precauciones en el momento de comprar el calzado. Lo más importante es saber qué nivel de esquí tenemos, la talla y la horma del pie. Se aconseja que no sea una bota excesivamente comprimida ya que nos va a impedir disfrutar del esquí por muchos motivo. Igualmente si no sujeta correctamente el pie puede generar problemas de inestabilidad, ampollas, etc.

Cuando vayas a comprar las botas debes tener en cuenta:

  • Hay que probarse el calzado con los mismos calcetines con los que luego vamos a esquiar.
  • Comprobar que el pie está bien sujeto, especialmente en el talón.
  • Prestar atención a posibles zonas en las que la bota pueda presionar demasiado, ya que puede acabar siendo doloroso e incómodo.
  • Comprobar que los dedos del pie tocan ligeramente la punta de la bota.
  • Probar caminando un poco y verificar que el talón no se separa de la plantilla interior.