En el verano suben las temperaturas y muchas personas llevan zapatos abiertos y sandalias. Los pies sufren más por el cambio de calzado y la exposición al aire libre que sufren. Algunos de los problemas más comunes durante este periodo estival son infecciones, verrugas plantares, papilomas o grietas en los talones.
Consejos para elegir calzado
Para evitar posibles problemas y molestias, te dejamos algunos consejos para elegir calzado de verano:
1. Calzado con sujeción
La elección del calzado es muy importante y escoger unas sandalias con sujeción en el talón y el antepié también. El zapato perfecto es aquel que cumple estos requisitos:
-Recoge el pie y le da sujeción
-Su suela amortigüa cada paso
-Tiene unos buenos contrafuertes
2. Suela resistente
Lo recomendable es que la suela no sea muy fina y plana. Por este motivo, las sandalias deberán tener al menos 2 o 3 centímetros de suela que nos aporte confort y evite, en la medida de lo posible, la aparición de estos problemas.
3. Calzado abierto y transpirable
Es aconsejable utilizar zapatos abiertos para dejar respirar nuestros pies. En caso de usar zapato cerrado, evitaremos aquellos que estén fabricados de materiales como el plástico. Los materiales naturales conservan el pie más seco.
Si tenemos una sudoración excesiva es recomendable usar polvos específicos para evitar la humedad y las infecciones que esta causa, como los hongos.
Muchas personas para mantener el pie seco y saludable, tienen que cambiarse de calcetines varias veces.
Con toda la variedad de zapatos que existen en el mercado, los podólogos nos desaconsejan los que consideran peores por sus características, como las chanclas.
Las chanclas generan inestabilidad, ya que apenas aportan sujeción y al caminar los dedos hacen un sobreesfuerzo para agarrarse al calzado, lo que puede desarrollar diversas patologías como fascitis plantar o dedos en garra.
El uso de chanclas de manera continuada y para largos paseos no es aconsejable. Solo se recomienda su utilización en zonas de riesgo de contagio como piscinas, vestuarios y gimnasios, para protegernos los pies.