¿Sabías que andar descalzos en los niños es de lo más beneficioso para su desarrollo?
También llamada la ecopedagogía infantil, tiene numerosas ventajas, entre ellas que los pies se desarrollan mejor y más fuertes.
¿Te has preguntado alguna vez por qué tu hijo se quita los zapatos cada dos por tres? Como si de un estorbo se tratara, los más pequeños lanzan sus zapatos para poder dar pasos descalzos y sentir el contacto del suelo en las plantas de sus pies.
Un reciente estudio por la Universidad Complutense de Madrid, afirma que dejar a los niños que caminen descalzos cuanto más tiempo mejor tiene numerosas ventajas para ellos.
Los pies del recién nacido tienen una sensibilidad mucho mayor que la de las manos hasta los ocho o nueve meses aproximadamente, a lo que hay que añadir que el tacto tiene la función básica de informar al pequeño sobre lo que ocurre su alrededor. El hecho de calzar a los bebés, sobretodo a los que aún no caminan, les priva de esta información. ¿Por qué taparles entonces con zapatos cerrados que no permiten que se ejerciten lo suficiente?
¿Cuáles son las ventajas que tienen los niños al andar descalzos?
- El desarrollo de los pies. Los pies crecen mucho mejor y de manera más fuerte. El contacto directo con el suelo hace que su piel se acostumbre a diversos terrenos y sus tobillos ganarán una mayor sensibilidad según vayan creciendo.
- Los niños descalzos son más inteligentes y felices. La maduración de su sistema nervioso se ve reforzado y los pies, como receptores privilegiados que son, ayudan a un mejor desarrollo de la inteligencia del pequeño.
- La motivación de aprender. El cerebro humano tiende al equilibrio cognitivo y al aprendizaje, algo que se ve favorecido por los estímulos que se reciben a diario del exterior.
- Ayuda a la formación del arco plantar. Andar descalzos es un ejercicio perfecto para evitar que los niños tengan los pies planos, ya que ayuda a los huesos de la planta del piel a adquirir una forma arqueada adecuada.
- Mejora la estabilidad. Andar descalzos mejora la estabilidad de los más pequeños de la casa porque perfecciona la capacidad que tienen de apoyar todos los dedos en el suelo.
Si al final decides ponerle zapatos para salir a la calle o incluso para estar en casa cuando aún no ha empezado a andar, recuerda que debes escoger un calzado adecuado al tamaño de su pie, a la par que flexible, cómodo y que deje sus tobillos al descubierto para que tenga libertad de movimiento.